La ciudad libre de Christiania es ¡un fenómeno real! Justo en el centro de Copenhage existe una comunidad autónoma que incluso ha sido aceptada por el estado, es un sitio único en Europa.
En 1971 las 34 hectáreas en el centro de la ciudad fue declarada un distrito autónomo y desde entonces ha desarrollado una personalidad propia. Una bandera roja con tres puntos amarillos da la bienvenida a todos aquellos a esta antigua base militar que ha sido ocupada firmemente por hippies y gente alternativa por alrededor de 40 años. Cuando empezaron simplemente querían un espacio donde sus hijos pudieran jugar, que no encontraban en ningún otro lugar de copenhague. Con el tiempo más y más gente fue atraída por este concepto y muchos de los que empezaron siguen hoy ahí.
La primera vez que oí hablar de Christania fue en un documental, inmediatamente quedé sorprendido por la colorida diversidad y la inmejorable localización, en pleno corazón de la capital danesa. Christania es el tercer destino en cuanto a popularidad, en todo copenhague para turistas de todo el mundo superado sólo por el famoso parque de atracciones de Tivoli y la estatua de bronce de La Sirenita, el personaje del famoso cuento de hadas del conocido escritor danés Hans Christian Andersen.
Un reducto de libertad personal
Un reducto de libertad personal, un espacio propio, eso es lo que los principales residentes de Christiania encuentran tan atractivo. Se han formado comunidades muy unidas donde los niños pueden jugar entre ellos y donde los adultos pueden compartir las obligaciones de cada día, en un ambiente permisivo y relajado.
La ley danesa no se aplica aquí, por contra, tienen sus propias leyes (grundlov) en donde los habitantes se protegen entre ellos, ya que, la policía danesa evita entrometerse demasiado en los asuntos de la ciudad autónoma. La marihuana es tolerada pero las drogas más duras así como las armas están terminantemente prohibidas. Por desgracia esta prohibición no se respeta siempre como se ve por la muertes relacionadas con el tráfico de drogas y ataques armados en las décadas pasadas que a veces ensombrecen la imagen idílica de la ciudad. Durante muchos años la infame Pusher Street era particularmente conflictiva y se recomendaba a los turistas no acercarse, ya que, los traficantes podían mostrarse agresivos. Incluso hoy todavía se recomienda cautela alrededor de esta zona.
Los alocados años de la comuna han pasado ya, y es una barrio más, habitable, con sus particularidades y sin los aspectos oscuros de su pasado. Por desgracia en el 2011 se creo una fundación para tratar de comprar la abandonada base militar y convertirlo en bloques de viviendas «normales», cosa a los que sus habitantes se imponen rotundamente, ya que quieren mantener Christiana como su reducto de libertad y creatividad.

De paseo con los locales
Algunas de sus calles están llenas de turistas, pero cualquiera que pasa un par de horas aqui será capaz de explorar el corazón de Christiania y conocer a su comuna hippie mucho mejor. Hay una gran cantidad de casas de madera alas orillas del río, así como algunas piezas de arquitectónicas de interés que fueron creadas por los habitantes de esta ciudad autónoma. Si quieres adentrarte un poco más en su universo, no puedes perderte algunos de los tours que ofrecer los locales todos los días a las 3 de la tarde.
Hay algo de lo que te percatarás de inmediato sobre Christiania, no hay ningún tipo de publicidad en las calles ¡Está prohibido! Sólo cuando vuelvas a las calles de copenhague, después de una visita a la ciudad autónoma, cuando te darás cuenta de toda la publicidad que de echo hay.
Visitando la pequeña comunidad es como un pequeño viaje atrás en el tiempo, a un museo al aire libre. Quién sea que visite Copenhague debería pasarse a echarle un vistazo. ¡Merece la pena!