Las 7 maravillas del mundo antiguo fueron un conjunto selecto de obras arquitectónicas y escultóricas que cautivaron a las civilizaciones antiguas por su grandiosidad y significado cultural. Al igual que las maravillas del mundo moderno, estas estructuras, construidas en diferentes lugares y períodos históricos, han perdurado en la memoria colectiva de la humanidad aunque solo una sigue entre nosotros. ¿Quieres conocerlas? ¡Sigue leyendo!
Las 7 maravillas del mundo antiguo
| Las 7 Maravillas del mundo antiguo | País |
|---|---|
| Jardines Colgantes de Babilonia | Irak |
| La Gran Muralla | China |
| Mausoleo de Halicarnaso | Turquía |
| Estatua de Zéus | Grecia |
| Templo de Artemisa | Turquía |
| Faro de Alejandría | Egipto |
| Coloso de Rodas | Grecia |
1. Gran Pirámide de Giza, Egipto
La Gran Pirámide de Keops, también conocida como la Pirámide de Jufu, es una de las siete maravillas del mundo antiguo. Situada en la meseta de Giza, cerca de El Cairo, Egipto, esta impresionante estructura fue construida alrededor del 2550 a.C. durante la Cuarta Dinastía del Antiguo Egipto, bajo el reinado del faraón Keops (Jufu).
Originalmente, la pirámide tenía una altura de aproximadamente 146 metros, aunque ha perdido parte de su revestimiento de piedra caliza con el tiempo. La pirámide está formada por más de 2 millones de bloques de piedra caliza y granito, algunos de ellos de varias toneladas. Su precisión arquitectónica es notable, con lados casi perfectamente orientados hacia los puntos cardinales.
La Gran Pirámide es conocida por el misterio que rodea su método de construcción. Aunque se han propuesto diversas teorías, aún no se ha esclarecido completamente el proceso utilizado por los antiguos egipcios. La falta de registros detallados ha llevado a especulaciones sobre el uso de rampas, sistemas de poleas y habilidades matemáticas y técnicas avanzadas.
Esta icónica estructura ha mantenido su estatus como la edificación más alta del mundo durante milenios, testificando la habilidad y conocimiento avanzado de los egipcios en arquitectura e ingeniería. Además de su importancia histórica y cultural, su enigma y grandeza la convierten en una de las maravillas más emblemáticas del mundo antiguo y un destino turístico ineludible para los apasionados de la historia y la arqueología.
2. Jardines Colgantes de Babilonia, Irak
Los Jardines Colgantes de Babilonia son una de las siete maravillas del mundo antiguo, pero su existencia y detalles específicos siguen siendo objeto de debate y misterio. Estos jardines se dice que fueron una impresionante hazaña de la ingeniería y la arquitectura de la antigüedad y se cree que fueron construidos en la ciudad de Babilonia, cerca del río Éufrates, en la antigua Mesopotamia (lo que hoy es Irak).
Según las antiguas crónicas y descripciones, los Jardines Colgantes fueron una creación del rey Nabucodonosor II (reinó aproximadamente del 605 al 562 a.C.), quien supuestamente los construyó para su esposa, Amytis de Media, como un regalo para recordarle las montañas y la vegetación de su tierra natal, que era más montañosa que la llana Babilonia.
La característica más distintiva de los Jardines Colgantes era su diseño escalonado. Se decía que consistían en una serie de terrazas o plataformas que se sostenían unas sobre otras y que estaban cubiertas de tierra y vegetación exuberante, incluyendo árboles, arbustos y flores. Para mantener esta vegetación, se habría requerido un sistema de irrigación complejo que incluía canales de agua que llevaban agua desde el río Éufrates hasta los niveles superiores de los jardines.
A pesar de su fama y esplendor, los Jardines Colgantes de Babilonia no están bien documentados en registros históricos contemporáneos, lo que ha llevado a algunas dudas sobre su existencia real. Algunos investigadores creen que los jardines podrían haber sido una invención literaria o una exageración de la antigüedad. Sin embargo, la historia de los Jardines Colgantes ha perdurado a lo largo de los siglos y sigue siendo una fuente de fascinación y admiración en la historia de la arquitectura y la jardinería. Independientemente de si los jardines fueron una realidad concreta o una leyenda, su misterio ha capturado la imaginación de generaciones de personas y se han convertido en un símbolo de la grandeza de la antigua Babilonia.
3. Mausoleo de Halicarnaso, Turquía
El Mausoleo de Halicarnaso fue una tumba monumental construida en la antigua ciudad de Halicarnaso, en la actual Turquía, y es una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Fue erigido entre los años 353 y 350 a.C. en honor a Mausolo, un gobernante local conocido como un sátrapa del Imperio Persa. La tumba fue diseñada por los arquitectos griegos Satyros y Pythius, y su construcción fue supervisada por la hermana y esposa de Mausolo, Artemisia II de Caria, quien también gobernó después de su muerte.
El Mausoleo de Halicarnaso se destacaba por su arquitectura innovadora y su tamaño impresionante. La estructura tenía forma de un edificio rectangular elevado sobre una base de escalones y estaba coronada por una serie de columnas jónicas. En la parte superior del mausoleo se encontraba una cuadriga (una carroza tirada por cuatro caballos) de bronce que representaba a Mausolo y Artemisia.
El interior del mausoleo albergaba la tumba del rey y su esposa, así como una serie de habitaciones y pasillos que contenían tesoros y obras de arte. Se cree que la tumba estaba decorada con esculturas y relieves, que representaban escenas mitológicas y eventos de la vida de Mausolo.
El término «mausoleo» proviene del nombre de Mausolo, debido a la magnificencia de su tumba, y se ha convertido en el término general para referirse a un edificio o estructura funeraria grande.
El Mausoleo de Halicarnaso fue parcialmente destruido por terremotos en la Edad Media, y sus restos fueron utilizados en la construcción de otras estructuras en la región. Hoy en día, solo quedan fragmentos de la estructura original. A pesar de esto, el Mausoleo de Halicarnaso es recordado como una obra maestra de la arquitectura y la escultura griegas y sigue siendo un ejemplo destacado de la importancia de los mausoleos en la historia antigua y la memoria de los líderes poderosos.
4. Estatua de Zéus, Grecia
La Estatua de Zeus en Olimpia fue una de las esculturas más impresionantes de la antigüedad y una de las siete maravillas del mundo antiguo. Esta majestuosa obra de arte fue creada por el famoso escultor griego Fidias en el siglo V a.C. y se encontraba en el templo de Zeus en la ciudad de Olimpia, Grecia.
La estatua era una representación colosal de Zeus, el rey de los dioses en la mitología de Grecia. Estaba hecha de marfil y oro, y se alzaba a una altura de aproximadamente 13 metros (aproximadamente 43 pies). Zeus estaba representado sentado en un trono ornamentado, sosteniendo en su mano derecha una estatua de Nike (la diosa de la victoria) y en su mano izquierda un cetro con un águila. La escultura estaba detallada con intrincados relieves y decoraciones, y su esplendor era amplificado por el uso de materiales preciosos.
La Estatua de Zeus en Olimpia era una obra maestra de la escultura clásica griega y una representación asombrosa del poder y la majestuosidad de Zeus. Fue encargada para adornar el templo de Zeus en Olimpia, donde se celebraban los antiguos Juegos Olímpicos en honor a los dioses griegos.
A pesar de su belleza y esplendor, la estatua fue destruida en algún momento de la antigüedad, probablemente durante la Edad Media. Hoy en día, no queda ningún rastro de la estatua original, pero su influencia en la historia del arte griego perdura, y las descripciones y representaciones posteriores de la Estatua de Zeus en Olimpia siguen asombrando a las generaciones actuales.
5.Templo de Artemisa, Turquía
El Templo de Artemisa en Éfeso, también conocido como el Templo de Artemis, fue uno de los templos más grandes y grandiosos del mundo antiguo y una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Este majestuoso templo estaba dedicado a Artemisa, la diosa griega de la caza, la fertilidad y la naturaleza.
El templo se encontraba en la antigua ciudad de Éfeso, en lo que hoy es Turquía. Fue construido y reconstruido en varias ocasiones a lo largo de los siglos, alcanzando su forma más impresionante durante el reinado del rey Creso de Lidia y el arquitecto Ctesifonte en el siglo VI a.C. El templo medía aproximadamente 115 metros (377 pies) de largo, 55 metros (180 pies) de ancho y estaba sostenido por más de 100 columnas altas de 20 metros (66 pies) de altura cada una. Las columnas estaban decoradas con intrincados relieves y esculturas, y el techo estaba cubierto de mármol y oro.
El Templo de Artemisa era un importante centro religioso y económico en la antigüedad. Albergaba una estatua de la diosa Artemisa, que se cree que fue esculpida por el famoso escultor Fidias. Además de su función religiosa, el templo también servía como un banco y una cámara acorazada donde se almacenaban tesoros de ciudades y reyes cercanos.
Lamentablemente, el templo fue destruido en varias ocasiones por incendios, terremotos y saqueos a lo largo de su historia. El evento más devastador fue un incendio provocado por un hombre llamado Herostratus en el 356 a.C., quien afirmó que quería hacerse famoso al destruir una de las maravillas del mundo. A pesar de los intentos de reconstrucción, el Templo de Artemisa nunca recuperó su esplendor y finalmente cayó en ruinas.
Hoy en día, no queda mucho de este antiguo templo, pero su legado perdura como un ejemplo sobresaliente de la arquitectura y la religión de la antigua Grecia, y su influencia se puede ver en muchos templos posteriores en todo el mundo.
6. Faro de Alejandría, Egipto
El Faro de Alejandría, también conocido como el Faro de Faros, fue una de las siete maravillas del mundo antiguo y una de las estructuras más icónicas de la antigüedad. Este faro fue construido en la isla de Faro, cerca de la ciudad de Alejandría, en Egipto, y se erigió durante el reinado del faraón Ptolomeo II Filadelfo en el siglo III a.C.
El propósito principal del Faro de Alejandría era servir como guía para los navegantes en el Mar Mediterráneo, marcando la entrada al puerto de Alejandría, que en ese momento era uno de los puertos más importantes y concurridos del mundo antiguo. La estructura también tenía una función religiosa, ya que estaba dedicada a los dioses, especialmente a Poseidón, el dios del mar.
El faro era una estructura impresionante que se elevaba a aproximadamente 100 metros de altura, convirtiéndolo en uno de los edificios más altos de la antigüedad. Su diseño consistía en una base cuadrada de tres niveles, sobre la cual se alzaba una torre octogonal. En la parte superior de la torre se encontraba una plataforma circular con una gran estatua de bronce que representaba a Zeus o a Poseidón. Durante la noche, una gran llama ardiendo en la parte superior de la torre servía como una fuente de luz visible desde lejos, mientras que durante el día, se utilizaba un espejo de bronce pulido para reflejar la luz del sol y guiar a los barcos.
El Faro de Alejandría se mantuvo en pie durante siglos y se convirtió en un símbolo de la ciudad y de la ingeniería egipcia. Sin embargo, con el tiempo, la estructura sufrió daños debido a terremotos y otros desastres naturales. Finalmente, en el siglo XIV, durante un terremoto, el faro colapsó y quedó sumergido en el mar, poniendo fin a su legado.
A pesar de su desaparición física, el Faro de Alejandría continúa siendo una parte importante de la historia y la mitología, y su influencia se puede rastrear en la construcción de faros posteriores en todo el mundo. La imagen de este faro legendario perdura como un símbolo de la grandeza de la antigua ciudad de Alejandría y de la habilidad técnica de los antiguos egipcios.
7. Coloso de Rodas, Grecia
El Coloso de Rodas fue una monumental estatua de bronce que representaba al dios griego del sol, Helios. Esta impresionante obra de arte fue una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo y se erigió en la ciudad de Rodas, en la isla griega del mismo nombre, alrededor del año 280 a.C.
La construcción del Coloso de Rodas fue un logro asombroso de la antigüedad. La estatua tenía una altura estimada de aproximadamente 30 metros (aproximadamente 98 pies), lo que la convertía en una de las estatuas más grandes jamás creadas en la antigüedad. La estatua estaba situada en la entrada del puerto de Rodas, una ubicación estratégica que la hacía visible para los marineros que se acercaban a la isla. El Coloso sostendría una antorcha en una mano y se alzaba sobre una base que también servía como faro, guiando a los barcos de noche con su luz.
La construcción del Coloso de Rodas fue un esfuerzo conjunto de los habitantes de la isla y el dinero obtenido de la venta de los despojos de guerra después de la exitosa defensa de Rodas contra un asedio militar. El escultor que lideró la construcción se llamaba Carés de Lindos.
A pesar de su grandeza, el Coloso de Rodas tuvo una existencia relativamente corta. Poco más de medio siglo después de su construcción, un terremoto devastador en el año 226 a.C. provocó el colapso de la estatua, haciéndola caer al suelo. Aunque la estatua se partió en varias secciones, su valor como metal bronce aseguró que no fuera destruida por completo. Durante siglos, las ruinas de la estatua permanecieron en el suelo, donde se convirtieron en un atractivo turístico y un símbolo de Rodas.
En la Edad Media, los restos del Coloso de Rodas fueron finalmente fundidos y vendidos como chatarra. Aunque la estatua en sí ya no existe, su legado perdura en la memoria de la humanidad como un símbolo de la habilidad artística y técnica de la antigua Grecia. La historia del Coloso de Rodas sigue siendo una fuente de inspiración y admiración en la historia de la escultura monumental y la arquitectura antigua.
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